martes, 10 de marzo de 2015

Soñar una Mujer.

Soñar un mundo no es invertir sus formas.
Soñar una mujer al borde de una cama
no es enredarnos en sus cabellos
ni languidecer hambrientos
en ocultas jaulas de plata.
Soñar una mujer es cortar la textura de su piel,
abrir uno a uno los tejidos
y escuchar la música que por allí escapa.
Soñar un mundo mujer
es disparar
armas destinadas a pintar estrellas
de otros colores.
De colores y olores de mujer,
de ostras-astros
modificados por el deseo
y que suben por tallos que estallan
en los pétalos fluorescentes
que crecen en el pubis
de las niñas sin consuelo.

Roberto Genta Dorado.
"Sangre Sucia"
(Montevideo, Uruguay,1957)